¡Toda Arequipa!

Este blog cuenta una historia, mi vida en Perú y lo que pasó después, puedes leerla toda desde el INICIO

"¡Toda Arequipa, toda Arequipa!" es la frase que pronuncian los cobradores que van en las combis,  y custers indicando a los transeúntes el recorrido de sus líneas. Y creédme que es una frase que a la semana de estar en Lima, la tienes metida en la cabeza de tal manera que te ves repitiéndola sin querer como la última canción de moda...

La Avenida Arequipa es una de las calles más grandes de Lima. 52 cuadras. Calculo una hora y media en  recorrerla entera a pie. Ayer lo hice. Desde la cuadra   6.  Justo dónde empieza mi trabajo. Decidí volver a casa caminando y mentiría si digo que en varias ocasiones no tuve serias tentaciones de coger una combi y acabar mi paseo, no era por el cansancio, era la ansiedad del ruido, el humo, el sortear los coches en cada cruce, alguien que te mira raro, otro que te mira demasiado bien, y tú que de pronto te preguntas  si no estarías mejor  en tu casita a esas horas perdiendo el tiempo comme d'habitude. Porque pasear la Avenida Arequipa tiene una parte de placer y otra de pesadilla, y es dependiendo del estado en que se encuentre tu mente ese día, que será una cosa u otra.Y bueno, el cielo limeño no es que ayude mucho a mantener la paz espiritual en medio de ese enorme caos. Sin embargo, yo me sentí bien andando, (¿o debería decir quizás que no me sentí mal?)  podría hacerlo durante horas en esta ciudad si eso me llevara a algún lado, pero cuando ando casi nunca sé a dónde voy... aunque andar por Lima sea a todos los
efectos un espectáculo  para todos los sentidos. I felt like...

...no tengo palabras!

Recorrer la Avenida Arequipa es recorrer Perú. A veces los turistas nos apresuramos a ver los museos y todo aquello que está señalado en nuestra guía como imprescindible, y nos olvidamos de las calles, que son al fin el mejor ejemplo de las formas de vida de una ciudad. Esto se hace más evidente si cabe en Perú cuyo látido vital se encuentra en sus montañas, sus desiertos y sus volcanes, pero también en los boulevares de sus ciudades, en sus Plazas de Armas en sus callejuelas, en sus kioskos, en los corrillos de gente en la calle, y en las puertas abiertas de sus casas, sus tiendas y sus pequeños restaurantes. Todo se vive acá de dentro hacía afuera. Paséate la Avenida Arequipa y lo verás. Desde el barrio de Miraflores hasta el de Santa Beatriz. Que no te enoje el ruido ensorcedor de los carros, ni el humo que dejan tras de sí las couster. Sólo asómbrate.

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