El tiempo que pasa entre que lo deseo y lo consigo

Este blog cuenta una historia, mi vida en Perú y lo que pasó después, puedes leerla toda desde el INICIO.

"Querida María Ferrandiz, amiga me da mucho gusto que te interese nuestro proyecto ,también te diré que ya lo leí detenidamente el proyecto educativo que me enviaste al correo electrónico, muy interesante, lo tomaremos en cuenta y lo trataremos de ir aplicando de acuerdo a la ayuda que encontremos,.
gracias por enseñarnos algo que nosotros no teníamos en mente, te estaré enviando algunas fotos de los niños con los que trabajo.
también agradecerte por la foto que nos enviaste
estaremos en contacto a tu regreso.
Cora Esther.
tu atenta servidora"

18 de abril del 2012

"Querida Cora, gracias por su  esperanzadora respuesta. Mi verano empieza respóndiendole  este email. En primer lugar, querría disculparme con usted porque no consigo soñar cuando duermo, en que regreso a Perú. En este tiempo, mi cabeza más bien  ha estado  entreteniéndose en cuestiones absurdas e imposibles. Y aunque me he divertido imaginándolas...me han alejado de lo que quiero hacer.

No puedo dejar de agradecerle sus amables palabras que abren un camino de certidumbre a mis intenciones. Saber que hay gente que trabaja por mejorar la vida de los demás en cualquier lugar del mundo, como usted, siempre me ha animado a continuar con todo. Sé las adversidades que ha pasado y pasa allá en la selva con los niños, las inundaciones han debido ser terribles este año, lo ví en una fugaz noticia en nuestra televisión. Pero con el corazón  le digo,   que la decadencia moral que atraviesa mi país, me parece mucho peor  que todas las lluvias que han caído en los últimos 100 años en Iquitos.
Lo que estoy empezando a temer es que si no he soñado con ello, quizás es que no me importe tanto como creo, porque cuando duermo sueño otras cosas. Cosas ridículas la mayoría de las veces, que no me esclarecen nada sobre mi futuro,  cosas que me confunden y me alejan de mi próposito, cosas que parecen ocultar otras cosas, en las cuales no quiero pensar. Sin embargo,entre sueño y sueño  la idea de volver a Perú o a otros rincones de Sudamérica a enseñar teatro a niños que nunca han tenido la oportunidad de hacerlo,  me libera de todo lo demás.

Últimamente me vienen a la mente sin querer imágenes de mi vida en Perú. 

Hace un año exactamente estaba cogiendo el avión para ir a Lima, no crea que no se me pone un nudo en la garganta cuando lo pienso... porque sigo enamorada claro, en seis meses un amor tan profundo no se olvida.  A veces pienso que cojo un avión y me reencuentro con él, pero como amante soy cobarde, sé que no lo voy a hacer, yo busco detrás, intento atraer aquello que amo sin palabras y si no viene... será que no debe venir. No voy a insistir.

Sí Cora, me siento cansada a descansar y no descanso porque me acuerdo de la cara de sufrimiento de las mujeres en la sierra y del peso de sus fardos,los niños en la calle y los vendedores ambulantes de los hospitales... Esos momentos conscientes sobre toda la gente que sufrimos al mismo tiempo, son los que hacen que me levante.  Y según transcurre el día, pienso mirando a los niños con quienes trabajo, lo difícil que es entender como de algo tan puro, podemos llegar a convertirmos en algo tan desecho como las personas que ví durmiendo la otra noche en la calle.Y que hoy volveré a visitar.

Cora, yo  quisiera saber antes de que se me olvide... ¿podría decirme si sería más feliz  dando clases de teatro a los niños en la selva que esto que hago ahora?

Decirla que este verano, en contra de todo pronóstico debo quedarme aquí en mi país, no lo había planeado así, pero debe saber por si algún día trabajamos juntas, que en mi vida raramente las cosas ocurren cuando deseo que lo hagan. El tiempo que pasa entre que lo deseo y lo consigo, es siempre mas largo de lo que me gustaría... y mientras este tiempo pasa alimento otras esperenzas, emprendo nuevos proyectos, me siento a esperar y me olvido de ello...
Algo me retiene esta vez y no es el miedo. De todas formas, siempre hay más preguntas que respuestas, asi que seguramente acabe el verano sin saber porque me he tenido que quedar aquí sin  hacer nada especial, pero pensando en hacerlo todo. 

¿Pero no es  acaso verdad que no es fracaso el no conseguirlo, si no abandonar el deseo de conseguirlo?.  Mi entusiasmo en este punto sigue intacto. Mi mente es una máquina incansable de crear fantasías a pesar de que el entorno social en el que se desencuelven mis días es cada vez más hostil y sufriente. He intentado ser infeliz, ponerme triste y tocar fondo, porque es  lo que se lleva en este tiempo de decaimiento moral. Pero he fracasado, todo me gusta, todo está tan lleno de cosas por hacer...  no consigo sucumbir, todo me parece bien, desearlo siempre me ha gustado más que tenerlo y últimamente, ¿sabes? tengo una enorme paciencia que me dice: "espera, no más"

Mi deseo de tenerte aunque dormido sigue intacto.

Me alegra mucho que se haya leído el proyecto y que le guste, úselo como le plazca, modífiquelo. En realidad todo lo que hago en el momento en que lo muestro, ya no me pertence. Cuide de los niños, espero que  haya podido solucionar los desperfectos que las inundaciones pasadas dejaron en su pueblo y en la escuela. Me ha pedido que les ayude, pero ¿cómo? ¿qué podría hacer yo desde aquí? si tan solo me cayera del cielo un millón de soles para reconstruir el colegio. Si no... espéreme, el tiempo que pasa entre que lo deseo y lo consigo, quizás no sea tan largo esta vez. Simplemente me equivoqué, tuve intuciones erroneas, creí cosas que no eran y todos estos pensamientos me han quitado mucha energía y lo sigue haciéndo porque todavía pienso en ello"

Tanto podemos acercarnos a nuestros deseos, tan  lejos  llevar nuestras  fantasías...

 

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