A penas llevo un día en esta ciudad pero ya estoy fascinada por ella. En el trayecto desde el aeropuerto a mi casa pude ver los grandes contrastes que caracterizan a Lima, barrios marginales con construcciones muy básicas de ladrillo y barrios pudientes al lado del mar y mucha, mucha gente vendiendo en la calle cualquier cosa, en cada esquina, y en cada semáforo: chicles, bebidas, caramelos…
Pero si de todo lo que me ha impresionado tengo que destacar algo es... el tráfico. No puedo creer que vaya a salir indemne en estos seis meses de tener un accidente. Aquí no hay normas, y si las hay no hay nadie para hacer que se cumplan. Aquí parece imperar la ley del más fuerte. En los cruces, el primero que llega es el primero que pasa, he visto golpes, pero la gente se insulta y continúa conduciendo como si tal cosa. Por otra parte, lo de los autobuses no tiene nombre y le tendré que dedicar un post entero para poneros al corriente del tremendo girigay por el que se rige esta ciudad.
En cuanto a mí ya estoy instalada, vivo en una casa muy grande y antigua que encontré antes de ir por Internet. Vivo con una chica ecuatoriana estudiante, y un arquitecto español. La casa es muy vieja, con olor a pueblo que es algo que me encanta, pero la humedad que se cuela a través de sus ventanas, no ,eso no me gusta.
Estas ventanas no se cierran bien y mi habitación está al lado de una horrible carretera ruidosa. Cuándo llegué pensé “no podré vivir aquí” pero me temo que todas las opciones son parecidas y el barrio en el que estoy, Barranco, es encantador y bien comunicado, así que estoy empapelándo las ventanas con cajas de huevo a sugerencia de mi compañero de piso para aislarme del ruido ¡que surrealista lo mío con las ventanas! En Bruselas el problema era que éstas eran enormes y mi única obsesión consistía en intentar taparlas con mantas para que no entraran ni un resquicio de luz porque necesito oscuridad para dormir…
Ya he escuchado varias advertencias y normas de la gente que me ha recibido, algunas de ellas esperadas y otras sorprendentes:
- No ir con el monedero, cartera, móvil o cámara de fotos en la mano. Aquí está de moda lo que ellos llaman “arranchar”, es decir que te quiten de un tirón literalmente las cosas de las manos y se vayan corriendo.
- Mirar atentamente si vienen coches esté o no el semáforo en verde, (ver conducir aquí da miedito)
- ¡cuidado con los taxis! Hay muchos robos, es decir que te llevan a cualquier sitio apartado y te despluman.
- Cuidado con los bancos, también te roban (pero eso en todos los países ¿no?)
- No puedes echar papel del wáter en el wáter tienes que hacerlo en la basura, las tuberías de este país no lo tragan.
- Ni se me ocurra probar el agua del grifo…
- Prohibido ir a sólo a algunos barrios como El Callao o Rimac, ni a los suburbios (pero espero poder ir acompañada porque estos son los barrios que más me interesan…)
- Echar con llave todas las puertas que hay en la casa y candado en las habitaciones (normas especificas de mi casa) prefiero no saber por qué…
- Los sobornos a la autoridad parece ser que a veces funcionan...
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