Peor que la pobreza en Perú es la inseguridad

Un chico sube en una moto taxi . Es tarde en la noche. El conductor recoge a otras dos personas en el camino. Se sientan al lado del chico. Le intimidan y le piden todo lo que lleva, él decide abrir la puerta con la moto-taxi en marcha, pensando que no llevaba mucha velocidad, salta, pero con los nervios va a dar con su cabeza en el suelo. Está en coma.

Y yo que ya me acostumbré. Me acostumbré a oír que a un amigo le robaron su celular en un taxi  y que a otra amiga la asaltaron a punta de pistola en el mejor barrio de Lima cuando salía de su clase yoga. Me acostumbré a tener miedo a partir de las diez de la noche, me acostumbré a oír  “cuidado por ahí” “no debes ir allá”, me acostumbré a no querer coger un taxi sola y a las verjas cerradas desde las que te atienden en muchas tiendas cuando se pone el sol. Me quedó claro que tienes muchas probabilidades de que te quiten la multa si llevas unos cuantos billetes  en la mano. Me acostumbré a cruzar sin esperar al semáforo, me acostumbré a que los pasos de cebra están de adorno. A mirar a todo y a todos. A desconfiar y a fiarme de lo mismo. A imaginarme paseando tranquila por las calles de Madrid otra vez. A las doce, a la una, a las tres de la madrugada, sin miedo de perderme. Porque peor que la pobreza en Perú es la inseguridad que reina en sus ciudades, sobre todo en las grandes como Lima. Todos los limeños coinciden: la inseguridad ha aumentado en los últimos años, y hay además datos que así lo demuestran. La muncipalidad intenta combatir esto con más y más policías  con el fin de proteger a la población. Pero la delicuencia sube porque su raíz es profunda y hace falta todo un programa social para cortarla. 

¡y la justicia! esa entelequia institucional la cual ha dejado y continúa dejando en total desamparo a cientos de miles de personas en el mundo que necesitan de ella. Esa palabra abstracta, que llena la boca de quienes la pronuncian y que cumple la máxima social universal de: si tienes dinero y poder  ganas, ¿cómo funciona en Perú? solo os digo una cosa: que no tengais ningún problema aquí que tenga que ser llevado ante los tribunales. La mayoría de robos y asaltos ni siquiera se denuncian. Y no digo más. Mejor tener cuidado. Pero al cabo de un tiempo, es imposible mantener semejante grado de atención, porque te relajas, te confias. No puedes pasarte la vida entera desconfiando de tu entorno, y entonces ocurre, te atacan, te roban, te timan o te atropellan.

¿Cómo puede un sociedad que se maltrata tanto a sí misma llegar a cierto grado de desarrollo? En el último año y medio se han contabilizado más de 100 conflictos internos en Perú. Esta semana Lima se ha llenado de alarmas de bombas y de pintadas realizadas por simpatizantes del todavía activo grupo terrorista Sendero Luminoso. Oí a alguien decir que más de 100 conflictos internos hacen casi una guerra. Tenía razón. Y en guerra no hay adelanto social.

Establecer una relación entre violencia y marginación  en Perú no es  una cuestión baladí. Porque para mí, una vez vistas las condiciones paupérrimas en las que viven un número importante de seres humanos en este país,  la pregunta no sería por qué hay tanta delincuencia, si no más bien por qué hay tan poca. Porque, el hecho de que haya millones de personas viviendo en asentamientos humanos en Lima no es el problema,  el verdadero problema es que "al lado" hay gente viviendo en enormes casas con vistas al mar, o en preciositas (que no preciosas) urbanizaciones valladas, muy bien situadas al lado de centros comerciales y de todo aquello de lo que un 50 por ciento de la población limeña no puede disfrutar. . . No me digais que no es para estar un poco enojado saber que nunca tendrás una de esas casas, saber que no puedes elegir el colegio al que va tu hijo, que quizás no tengas ni siquiera plata para que puedan a ir a la unviersidad, que tengas que ahorrar para hacerte una mamografía, o que si un carro te atropella nadie te indemnizará...
No hay más maldad en Perú que en cualquier otro país del mundo, de hecho creo que la gente aquí es especialmente bondadosa, acogedora y confiada. Pero en un país con escasos beneficios sociales, con una justicia deficiente, con unos sueldos mínimos irrisorios, con el treinta por ciento de seres humanos viviendo en el umbral de la pobreza, y con unas diferencias de clases sociales abismales como no va a haber especialistas en hurto, pillaje y demás atropellos. Todo esta violencia puede traducirse en odio hacía el estado, que es incapaz de encontrar soluciones eficientes a las desigualdades. La gente se asocia para robar a pequeña y gran escala. Es un taxi en el que montas y otro que te sigue, compinchado con el conductor del tuyo que  te lleva a un lugar apartado para quitarte todo lo que llevas.  Y las ganancias a medias. Negocio familiar. Y todos teniendo miedo de todos. Pero casi nadie denuncia porque ...no es tan grave ¿no? Sólo te asusté un poco, no te quité tanto. Que importa, al final que importa. Nada importa, nada es grave, todo pasa, para qué quejarse… sólo te cuidado de mí.

Poco a poco ha de producirse el cambio. hay gente que cree que Humala, el nuevo presidente, pueda hacerlo, si no se corrompe, si no nació corrupto ya. Pero nada, en relidad nada que no parta del pueblo de una forma pacífica, podrá conseguirse en Perú.

http://elcomercio.pe/tag/118715/delincuencia-en-lima

http://peru21.pe/noticia/772699/lima-fracaso-lucha-contra-delincuentes

http://diariocorreo.pe/nota/36638/sendero-y-su-estrategia-propagandistica-para-liberar-a-abimael-guzman/

Este blog cuenta una historia, mi vida en Perú y lo que pasó después, puedes leerla toda desde el INICIO



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